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sábado, 30 de abril de 2016

Los 7 Sacramentos de la Iglesia Católica


Los sacramentos fueron instituidos por Cristo. Son signos sagrados visibles de realidades invisibles en los que los cristianos podemos experimentar la presencia de Dios que sana, perdona, alimenta, fortalece y capacita para amar, ya que en ellos actúa la gracia de Dios.

Los sacramentos de la Iglesia son 7:
Sacramentos de iniciación y los sacramentos de curación
-Sacramentos de iniciación:
1. Bautismo: Nos une a Jesucristo. Nos introduce en su muerte salvífica en la cruz, y por ello nos libera del poder del pecado original y de todos los pecados personales, y nos permite resucitar con él a una vida sin fin. En el bautismo nos convertimos en miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, en hermanos y hermanas de nuestro Salvador e Hijo de Dios.
2. Confirmación: Después del bautismo, aquel que elige libremente por una vida como hijo de Dios, pide el don del Espíritu Santo que da la fuerza para ser testigo del amor y del poder de Dios con palabras y obras. Quien se confirma se transforma en un miembro pleno y responsable de la Iglesia Católica.
3. Comunión: En este sacramento Jesús se entrega a sí mismo por nosotros en su Cuerpo y Sangre, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión y a su único Cuerpo que es la Iglesia.
Cada Sagrada Comunión nos une más íntimamente con Cristo, nos convierte en un miembro vivo de su Cuerpo, nos renueva las gracias que hemos recibido en el bautismo y en la confirmación, y nos fortalece en la lucha contra el pecado.

-Sacramentos de curación:
Imprime este afiche y colorealo
4. Reconciliación o penitencia: Es el sacramento que nos permite reconciliarnos continuamente con Dios cada vez que sentimos que lo hemos ofendido.
5. Unción de los enfermos: Se unge la frente y las manos del enfermo con un óleo sagrado, acompañando todo con las oraciones correspondientes, esto para otorgar consuelo, paz, y ánimo al enfermo, y para unirlo de un modo íntimo con Cristo.
-Sacramentos al servicio de la comunidad y de la misión:
6. Orden Sagrado: Mediante este sacramento el sacerdote recibe como don del Espíritu Santo una fuerza particular y una misión a favor de sus hermanos en la fe.
7. Matrimonio: Sólo tiene lugar cuando un hombre y una mujer libremente quieren vivir juntos el amor, ser fecundos y así convertirse en signo del mismo Dios. Se lleva a cabo mediante una promesa hecha ante Dios y ante la Iglesia que es aceptada y sellada por Dios.
Tomado del YOUCAT, capítulos 2 y 3.


Publicado primero por: http://dibujosparacatequesis.blogspot.com

lunes, 25 de abril de 2016

Obras de Misericorda

Obras de Misericordia _ Colorear

Las Obras de Misericordia, las hay de dos tipos:  Corporales y Espirituales. Durante todo el año de la Misericordia el Papa Francisco nos dice que debemos hacer estos pequeños servicios con mucho cariño a aquellos con los que vivimos, estudiamos, jugamos y compartimos.

Acá te compartimos un afiche para que lo colorees a tu gusto y enseñes también a tus amigos.

 

 

  ANÍMATE Y PRACTICA LAS OBRAS DE MISERICORDIA

Obras de Misericordia: Obras Espirituales




Obras de Misericordia Espirituales

1.      Dar buen consejo al que lo necesita: Para dar buen consejo es necesario que nosotros mismos hallamos sido aconsejados por un director espiritual, que nos ayude a orar a Dios Padre, para que nos envíe su Santo Espíritu y nos regale el don de consejo. Así, bajo la guía del Señor, tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconcejar a los que lo necesitan.

2.      Enseñar al que no sabe: Es importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es mas importante enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc.

3.      Corregir al que se equivoca: Muchas veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse, olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para que no lo vuelva a hacer.

4.      Consolar al afligido: Jesús nos ha dicho: "Dichosos los que lloran porque serán consolados". El consuelo de Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos consuela. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecúen a la situación. En los salmos podremos encontrar esa palabra de consuelo que requerimos, por eso, es conveniente recitarlos y meditarlos constantemente.

5.      Perdonar al que nos ofende: ¡Que difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de PERDONA NUESTROS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar....


6.      Sufrir con paciencia los defectos del prójimo: ¡Que fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!. Cuando seamos capaces de disimular los defectos de nuestro hermano, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendran con nosotros, en nuestros defectos.

7.      Rezar por los vivos y los muertos: Cuando escucho a mis hijos orar pidiendo a Diosito por nosotros, por sus hermanos, por sus compañeros de escuela y por sus abuelitos ya fallecidos, me siento agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mi y por mis familiares o amigos que se me adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe, así como El oró por Pedro para que una vez confirmado, le ayudara a sus hermanos.


Tomado de: http://catequesisprimeracomunin.blogspot.com


Obras de Misericordia: Obras corporales



Obras de Misericordia Corporales

1.    Dar de comer al hambriento: Jesús nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, "El que tenga dos capas déle una al que no tiene, y el que tenga alimento, comparta con el que no"(San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos el estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de Dios que no los deja desfallecer.

2.      Dar de beber al sediento: Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed. ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado romano le acercó una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Sómos nosotros peores que ese soldado romano como para negar agua al sediento?.

3.      Vestir al desnudo: A menudo nos encontramos con hermanos que estan vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás.

4.      Dar posada al forastero: Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia, ayuda que debe hacerse presente en toda forma y a todo momento. Recordemos que esos hermanos desposeídos son Sagrarios del Espíritu Santo que merecen al menos una Tienda de Encuentro con el amor Divino.


5.      Visitar a los enfermos: Nuestros hospitales estan llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía a esos cristos en su monte de los olivos.

6.      Visitar a los encarcelados: Cada mañana nos levantamos y corremos a los centros de estudio o trabajo, y posiblemente pasemos frente a un centro de reclusión en el que muchos de nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Nuestra Santa Madre Iglesia nos llama a llevarles, no solo cosas materiales, sino el cariño de toda la comunidad a cada uno de ellos, para que se sientan parte del rebaño del Unico Pastor.

7.      Enterrar a los muertos: Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia coporal nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos mortales de aquellos que fueron Templo del Espíritu Santo.


domingo, 10 de abril de 2016

LA ALEGRIA DEL AMOR - AMORIS LAETITIA



VATICANO, 08 Abr. 16 / 06:14 am (ACI).- La Oficina de Prensa del Vaticano publicó hoy la esperada exhortación apostólica post sinodal del Papa Francisco titulada “Amoris Laetitia” sobre el amor en la familia.

Un documento muy especial donde el Papa Francisco nos ayuda a conocer muchas formas de mejorar las relaciones en nuestras familias, desde el Evangelio, la misericordia y la caridad.

En un breve texto enviado a los obispos, el Santo Padre escribe: “querido hermano: Invocando la protección de la Sagrada Familia de Nazaret, me complazco de enviarle mi Exhortación Amoris laetitia por el bien de todas las familias y de todas las personas, jóvenes y ancianas, confiadas a su ministerio pastoral. Unidos en el Señor Jesús, con María y José, le pido que no se olvide de rezar por mí”.

Puede descargar la exhortación apostólica post sinodal Amoris Laetitia en el siguiente enlace:

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.html


jueves, 7 de abril de 2016

Los siete "YO SOY" de Jesús

En estos dias del tiempo de Pascua leemos en los evangelios los momentos en que Jesús se les apareció a sus amigos, sus apóstoles y sus discípulos.

Parece como un nuevo Jesús muy diferente, con un cuerpo capaz de atravesar muros y sorprenderles a todos. Pero no, es el mismo Jesús que tanto les ama y que viene a mostrarles que así como El resucitó también ellos resucitarán si tienen mucha FE.

Es el mismo Jesús que en el evangelio de Juan nos dice con tanto cariño estas 7 cosas:
  1. Yo soy la vid verdadera
  2. Yo soy el pan de vida
  3. Yo soy la luz del mundo
  4. Yo soy la puerta
  5. Yo soy el buen pastor
  6. Yo soy la resurrección y la vida
  7. Yo soy el camino, la verdad y la vida

Anímate y busca en esta BIBLIA digital: BIBLIA ON-LINE  cada uno de esos pasajes y entre todos los amigos de la catequesis elijan cúal de esos YO SOY de Jesús les gusta más.

 

También nosotros tenemos diferentes características o diferentes YO SOY, piensen en cúal de sus YO SOY se parece mucho a Jesús. Por ejemplo, podría ser yo soy amable con todos o yo soy atento y ayudo a mis amigos.

domingo, 3 de abril de 2016

Jesús Resucitado se les apareció

Imaginate su sorpresa y su impresión al ver a Jesús

“Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz esté con
ustedes. Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero
el Señor les dijo: ¿Por qué están asustados y tienen dudas? Miren
mis manos y mis pies. Soy yo mismo.


Pálpenme y vean que un espíritu no tiene carne y huesos como ven
que yo tengo. Diciendo esto, les mostró las manos y los pies.


“Como ellos no acababan de creer a causa de la alegría y el
asombro, Jesús les dijo: ¿Tienen aquí algo de comer? Ellos le
ofrecieron parte de un pescado asado y una porción de miel.
Jesús los tomó y los comió delante de ellos”.
                                                              Lucas 24,36-43


Jesús Resucitado no puede ser visto con los ojos de la carne sino con los ojos del espíritu. Sólo con la mirada nueva del amor y de la fe podremos verlo y reconocerlo.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude limpiar la mirada de nuestra alma, para que podamos ver con los ojos del espíritu a Jesús Resucitado.