San Juan Pablo II dijo una vez que "en este tiempo amenazado por la violencia, por el odio y por la guerra, den testimonio de que Dios y sólo Dios puede dar la verdadera paz al corazón del hombre, a las familias y a los pueblos de la tierra. Nos pidió entonces que buscáramos la paz, la justicia y la amistad".
También hoy el mundo ve guerras y conflictos entre países, odio y rencor en las familias, soberbia y falta de perdón en nuestros corazones.
Así pues, al comenzar este nuevo año, pidámosle a Dios que nos conceda el don de la Paz que muchas veces se ve amenazada por el egoísmo.
Podemos ayudarnos con esta hermosa oración que escribió San Juan Pablo II:
Al Creador de la naturaleza y del hombre, de la verdad y de la belleza, suplico:
Escucha mi voz, pues es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre los individuos y las naciones.
Escucha mi voz, pues es la voz de todos los niños que sufren y sufrirán cuando las gentes pongan su fe en las armas y en la guerra.
Escucha mi voz cuando te ruego que infundas en el corazón de todos los hombres la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la confraternidad.
Escucha mi voz, pues hablo por las multitudes de todos los países y de todos los períodos de la historia que no quieren la guerra y están preparados a caminar por sendas de paz.
Escucha mi voz y concédenos discernimiento y fortaleza para que podamos responder siempre al odio con amor, a la injusticia con la dedicación total a la justicia, a la necesidad compartiendo de lo propio, a la guerra con la paz.
¡Oh Dios! Escucha mi voz y concede en todo el mundo tu eterna paz.
Paz para el mundo, paz en nuestro país, paz para nuestras familias y paz en nuestros corazones
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